Mientras caminas por las playas del sur de California este verano, es posible que hayas notado la belleza de unas piernas bronceadas, con una piel suave, mientras descansan en la playa, o al calor de un juego de voleibol en la arena. Y sí, también es posible que hayas visto la apariencia menos deseable de «piel de naranja» de aquellas personas con celulitis.
No importa el peso del cuerpo, la celulitis está presente en aproximadamente el 85 % de las mujeres después de la pubertad, y por lo general afecta a los muslos y a las nalgas. Si se comprenden los cambios que se producen en el tejido debido a la celulitis, se puede llegar a un tipo de tratamiento adecuado. La patogénesis son las bandas fibrosas adheridas a la piel y que se insertan en tejidos más profundos y que producen muescas, una capa de grasa superficial engrosada, y lóbulos de grasa que se proyectan hacia la piel con una disminución en el suministro de sangre en la piel.
¿Qué tan seria es la celulitis?
Como con cualquier condición, hay una progresión que va de leve a severa. El sistema de clasificación universal de celulitis desarrollado en 1972, fue la Escala de Calificación Nurenberger-Muller, elegida para garantizar la uniformidad en la evaluación de la celulitis. Existen cuatro grados de celulitis que van desde el grado 0 hasta el 3:
Grado 0: «Sin celulitis»
Grado 1: «Celulitis Apretada». No hay celulitis al estar de pie, sin embargo, cuando uno aprieta la piel o cuando los músculos se contraen, se verá la apariencia de piel de naranja o la apariencia colchón de la piel.
Grado 2: «Celulitis Suelta». La celulitis es visible al estar de pie, pero no es visible cuando se está acostado. La celulitis es visible cuando el sujeto contrae sus músculos o cuando se pellizca la piel.
Grado 3: «Celulitis dolorosa» Es visible mientras se está de pie y mientras se está acostado. Hay dolor durante la prueba del pellizco.
Existen actualmente numerosas tecnologías médicas en el mercado para el tratamiento de la celulitis, las cuales se clasifican en mínimamente invasivas y no invasivas, cambios temporales versus resultados permanentes, múltiples sesiones de tratamiento versus a un solo procedimiento.
Una breve historia de la búsqueda del tratamiento óptimo comenzó con la primera modalidad de tratamiento contra la celulitis. Se desarrolló en la década de 1970 en la tierra del Tour de Francia, y se conoce como Endermologie (LPG Systems, Valence, Francia).
Este es un rodillo mecánico motorizado no quirúrgico que moviliza la grasa subcutánea, mejora la microcirculación temporalmente (una mejora de hasta cuatro veces hasta 6 horas después del tratamiento), aumenta el flujo de sangre venosa subcutánea en la capa de grasa y mejora el drenaje linfático (una mejora de hasta tres veces hasta 3 horas después del tratamiento), sin embargo, no se produce la redistribución de la grasa. El tratamiento recomendado es dos veces por semana durante aproximadamente 10 semanas, con sesiones de mantenimiento una vez al mes se puede lograr una mejora de entre 25 al 50 %. El paciente lleva un traje corporal durante el tratamiento, y la mayoría de los pacientes reportan una agradable sensación de rejuvenecimiento durante la sesión. Desafortunadamente, el tratamiento tiene que seguir o los resultados volverán a ser los mismos de antes del tratamiento.
Otra opción es el dispositivo de ultrasonido no focalizado, VASERshape, fabricado por General Projects (Florencia, Italia) y distribuido en Estados Unidos por Solta Medical (Hayward, California) es un dispositivo no invasivo para resultados temporales y permanentes contra la celulitis, el cual fue aprobado por la FDA en 2010. El sistema VASERshape ofrece un tratamiento no invasivo mediante masajes terapéuticos y ultrasonido externo, generando calor y separando la grasa mediante «cavitación». Este equipo manual avanzado de ultrasonidos se coloca sobre la piel para que la acción penetrante del ultrasonido (hasta 5 cm) se concentre en el tejido afectado causando únicamente la eliminación de grasa y el estiramiento de la piel, ofreciendo así un tratamiento que ha demostrado ser seguro y eficaz.
Las recomendaciones de tratamiento son una o dos veces por semana durante seis sesiones y por lo general hay necesidad de tratamientos adicionales. El paciente experimenta la sensación de un «masaje con piedras calientes» durante el tratamiento. La acción del ultrasonido está seguida por un drenaje linfático utilizando un equipo manual de succión /masaje.
Este equipo manual de masaje produce un movimiento ondulante, que levanta suavemente, pliega y comprime el tejido que está siendo tratado. Esta manipulación de los tejidos cutáneos y subcutáneos mejora la circulación linfática, arterial y venosa, y además ayuda a manipular los tejidos afectados por la celulitis. Los ganglios linfáticos se abren antes del drenaje, permitiendo así la eliminación de posibles toxinas y lípidos en los espacios intersticiales causados por la acción del ultrasonido. Las observaciones han detectado una mejora del 25 al 50 % en la celulitis y estos resultados han sido permanentes en la mayoría de los casos.